Mandalas en la pared: Diferentes diseños

Los mándalas han llegado, aunque no sabemos si para quedarse. Sí, hablamos de esa masividad que los ha caracterizado en los últimos tiempos, ya que sabemos que como práctica milenaria es imposible que desaparezca ¿Qué nos ofrecen? Tranquilidad, introspección, conocimiento de sí mismo, purificaciones de personas y ambientes, peticiones de paz, riqueza, amor y podríamos seguir hasta el infinito. Asimismo, terminan siendo una excelente ocasión para divertirse y si dejamos el producto (no al estilo monje tibetano) eclosiona un excelente objeto decorativo, que embellece la totalidad. Aquí te dejamos mándalas en la pared: diferentes diseños. Porque la abundancia nunca viene mal y más en estas cuestiones.

Mándala (sí, es un vocablo en esdrújula) quiere decir literalmente en sánscrito círculo y da cuenta del hombre, el cosmos, lo energético, la integridad, la vida; en definitiva, lo absoluto. Y si cavilamos unos segundos nos daremos cuenta que es justamente lo circular la idea por antonomasia de la perfección, posiblemente por su equidistancia con el centro. Interpretación humana al fin: los planetas se aproximan a círculos, el sol, el cosmos (que es una totalidad organizada) y también, naturalmente, la vida que tenemos, con todas sus vicisitudes y modificaciones.

Ahora bien, en el resto del mundo y en los últimos años la creación de mándalas han ido más allá del ambiente sacro conocido. Es que tienen un punto muy fuerte con la diversión, el relajamiento e incluso el simple ornamento. En esta ocasión verás una enorme cantidad de imágenes con mándalas en la pared y también zentangles en alguna ocasión, suerte de arte mandálico pero más libre, con posibilidad de añadir al infinito y converger en figuras alejadas de lo circular, verbigracia, un animal.

Monjes tibetanos construyen mándalas durante días, a veces meses, en grupo y con propósitos específicos. Se los puede vislumbrar gregarios, bien unidos bajo el designio de un arte de suma precisión ¿Y para qué tanto esfuerzo? Por ejemplo, si hay algún mal se erradica a través de la presencia o construcción de estas hermosas piezas. Pensemos en hambruna, inundaciones, epidemas o lo que se ocurra. Lo curioso es que cada mánda es edificado para una funcionalidad particular, por lo tanto, cuando cumple su objetivo, se destruye sin ningún miramiento. Sí, suele resultar extraño a ojos occidentales, debido a que somos muy posesivos, más con lo que sale de nuestras manos y conlleva ciclópedos esfuerzos.

La categoría de este posteo es de mándala sobre la pared, por eso, habrá de todos los tipos. Coloridos, negros, blancos, esbozados en la pared porque simplemente están colgados, a partir de telas, tapices, estructuras de metal o aluminio, o los tan mentados vinilos, esa suerte de adhesivos que tan de moda están.

Suele decirse que los mándalas son útiles para la concentración, la mejora de la memoria, la expansión del yo y su toma de conciencia, el desarrollo de energías positivas, la purificación de los ambientes, la búsqueda de amor, riquezas, relaciones equilibradas y todo lo que se piense como atinente para el ser humano. De ahí se deduce que sean bueno si se los coloca en la pared, ya que serán objetos constantes de fruición, observación y, por qué no, meditación.

El cosmos es una idea bien humana, ya que indica que el universo cumple un orden, tiene un fundamento y sentido. Cosmética viene justamente del vocablo anterior, porque justamente los productos le dan un orden al rostro. El mándala juega totalmente con esa idea, solo que genera una vinculación entre el cosmos y el ser humano (como se entenderá, todo está interrelacionado). El círculo es lejanía, extensión; el cuadrado estabilidad y equilibrio; la cruz es símbolo de decisiones (o una cosa u otra); el corazón es la unión; el triángulo la vitalidad; la estrella espiritualidad y libertad; la mariposa la transformación, algo así como muerte y resurrección; entre otras figuras.

Sin embargo, es claro que lo que llega a nosotros modifica las creencias. Por ejemplo, un mándala perfecto sería en blanco, porque esto simboliza la perfección, lo puro por antonomasia. Lo negro es muerte, negatividad, lo profundo, la ignorancia; es decir, casi todo malo, pero como veremos los mándalas de vinilo eligen para la pared mucho este tono ¿Por qué? Porque queda bello, debido a que sirve de todos modos a propósito de relajamiento y porque hay que romper con ese imaginario absurdo tan extendido en el mundo que ha traído consecuencias racistas diciendo que lo oscuro es malo.

Verás muchos mándalas en los cuartos o en el living. Eso tiene una explicación muy evidente: estas maravillosas creaciones proporcionan al sitio, entre otras cosas, salud. Así que siempre es convieniente escoger el lugar donde más actividad humana acaece, donde más tiempo pasamos e invertimos una energía anímica sustancial. Asimismo, es importante tener en cuenta que todo lo que sea verde y azul posibilita este objetivo terapéutico.

Está claro que el objetivo no solo es terapéutico y de entretención, ya que para nosotros el producto queda y termina convirtiéndose en un objeto decorativo, en algo así como un ornamento para embellecer el lugar. Justamente da cuenta de los deslizamientos de significado que genera el ser humano con las cosas y su uso normal ¿Es algo negativo? Para nada ¿Tiene una funcionalidad más que lo estético? En estas cuestiones muchas veces no realmente. Hermosas quedan las paredes con mándalas de distintos tamaños, colores, estructuras y material.

Y si quieres hacer volar tu imaginación, no tienes que ceñirte a la típica forma circular del mándala. Puedes jugar con muchos de pequeño tamaño formando un árbol de la vida, por ejemplo, que traerá energías positivas en cualquier ambiente donde lo emplaces. Asimismo, tampoco te olvides de esgrimir zentangles, que son suerte de mándalas pero muchos más libres, menos rigurosos, que dan cuenta de cualquier forma, pudiendo iniciar en cualquier parte con ellos y además con significaciones más particulares. Este arte último se ha vuelto también verdaderamente masivo en occidente, abriéndose escuelas en todas partes.

Los mándalas que apelan al rojo, rosa, anaranjado o amarillo (incluso se admiten juegos o cruces con verde o azul) tienen que ver con el amor y con todo aquello que quiere propiciarlo, perseguirlo hasta encontrarlo. Suele recomendarse que estén presentes en dormitorios o sitios que ocasionen cierto tipo de congregación y, sobre todo, intimidad. Es más: la sugerencia es tan espefícica que a veces se busca que las mismas sábanas esten decoradas por mándalas de estos colores.

Si buscamos perfección y equilibrio en una zona, seguramente la vamos a querer en el dormitorio, un sitio tan caro en todos los sentidos para las personas. Por eso, no está nada mal emplazar un mándala blanco aquí, que apela justamente a esas valoraciones. El ejemplo de arriba es uno hecho a la mitad, aprovechando justamente las limitaciones con el respaldo del tálamo.

Asímismo, el blanco puede jugar con el dorado, con el rosa, el negro, azul y cualquier otro color, no solo siendo positivo energéticamente, sino dando lugar a combinaciones muy hermosas que bien puedes disfrutar. Recordemos que la funcionalidad no solo se reduce a lo terapéutico o lo divertido de edificarlos (si es que te sumes en esa empresa), sino también dejar hermosos los lugares.

Y lo oscuro finalmente iba a tener una funcionalidad, algo que lo sacara de lo negativo. Puede parecer una contradicción con lo que anunciamos anteriormente, pero a las tonalidades grises, opacas o francamente negras si se las combina con determinados azules o metálicos pueden atraer, en el mundo mandálico, nada más ni nada menos que trabajo. Sí, este arte también sirve para tan noble cometido, de ahí que sea positivo colocarlos en sitios donde se hace alusión al trabajo, por ejemplo una sala de estudio o cualquier sitio donde nos aboquemos gran tiempo a semejantes menesteres.

Hay una idea muy arraigada en los mándalas: la conciencia de uno y su totalidad conlleva sanación, la aceptación y hermandad con el todo es siempre para bien en el ser humano. De ahí que la idea de lo absoluto se vuelva recurrente realmente, muy utilizada en credos budistas e hinduistas, los cuales justamente son los que le dan motivaciones sagradas a los mándalas (se dice que los egipcios los utilizaban también en su tiempo).

Siempre lo que ha estado en juego es el bienestar del ser humano, porque realmente se reconoce que no puede ir en contra del cosmos, que lo debe utilizar, si es posible, para su misma realización y autoafirmación.

El hogar es justamente nuestro porque es un sitio recurrente de la vida, posiblemente el sitio en el que pasamos más tiempo. De ahí deriva la necesidad de que sea un sitio energéticamente positivo, de que la persona pueda hallar la armonía y parsimonia que justamente no existe afuera. Un mándala colgado es el recuerdo de la tranquilidad, el mantenimiento de la positividad en el ambiente, el equilibrio, la perfección, las buenas ideas, las peticiones específicas y la búsqueda, en definitiva, siempre del bien. No destruimos los productos mandálicos, los conservamos para que sus fines terapéuticos se prolonguen en el tiempo.

¿Y dónde emplazar el mándala en una casa? En rigor de verdad, esa pregunta solo la sabrá contestar la persona que conozca su hogar y el traslado energético de la misma. Siempre se recomienda que sea sitios donde se pasa mucho tiempo, donde intervienen emocionen fuertes y juegos anímicos importantes. Un living y un dormitorio siempre serán en ese sentido las zonas predilectas para colocar en la pared un mándala. Recodemos que con estos se buscan paz, salud, amor, riquezas, trabajo, entre otras cosas.

Los mándalas son representaciones de las vicisitudes del sujeto, expresadas en figuras como triángulos, círculos, espirales, mariposas, estrellas, corazones junto al universo. Da cuenta del paso de cada persona en su vida o en un momento determinado, son centros energéticos que equilibran el alma, que sirve de modo terapéutico. Asimismo, si te animas a realizarlo podrás pasar un buen tiempo, conectarse con tu yo bien profundo y dejar salir toda energía que resulte mala para ti. Como se divisa, los beneficios son múltiples realmente a la hora de realizar mándalas.

Si piensas realizar el mándala que colocarás luego en la pared, siempre escoge un sitio pasible de mucha actividad, crucial en la búsqueda de buenas energías, luego piérdete en los diseños; los especialistas suelen decir que cuando uno dibuja semejante arte no se siente apartado del producto sino que está en el producto, hasta tal punto que podríamos vislumbrar el movimiento del diseño antes de completarlo, algo realmente sensacional.

Ahora bien, como ya dijimos antes: puedes escoger vinilos que son una suerte de adhesivos para emplazar en las paredes en su totalidad, tejidos de mándalas, tapices, telas que incluso pueden fungir hasta como sábanas, estructuras metálicas en la forma particular y mucho más. Todo sirve, en suma, para cumplir el mismo objetivo: obtener una tranquilidad espiritual en el ambiente, quitar cualquier energía negativa y perseguir ciertos objetivos claros.

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