{"id":2758,"date":"2017-09-24T20:14:33","date_gmt":"2017-09-24T20:14:33","guid":{"rendered":"http:\/\/mandalas.pro\/?p=2758"},"modified":"2017-09-24T20:14:33","modified_gmt":"2017-09-24T20:14:33","slug":"analisis-y-psicologia-de-los-mandalas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/mandalas.pro\/analisis-y-psicologia-de-los-mandalas\/","title":{"rendered":"An\u00e1lisis y psicolog\u00eda de los Mandalas"},"content":{"rendered":"

Los Mandalas<\/strong> son dise\u00f1os circulares que reflejan la integridad de la persona que los crea. Seg\u00fan Carl Jung<\/strong>, \u00abun mandala es la expresi\u00f3n psicol\u00f3gica de la totalidad del yo\u00bb. Jung, un psiquiatra suizo, descubri\u00f3 la importancia de los mandalas a trav\u00e9s de su propio trabajo interno.<\/p>\n

\"\"<\/p>\n

\u00abEsbozaba cada ma\u00f1ana en un cuaderno un peque\u00f1o dibujo circular, un mandala, que parec\u00eda corresponder a mi situaci\u00f3n interior en ese momento. Con la ayuda de estos dibujos pude observar mis transformaciones ps\u00edquicas de un d\u00eda a otro … Mis mandalas eran criptogramas … en las que ve\u00eda el yo, esto es, todo mi ser, activo en el trabajo\u00bb.<\/p>\n

\u00bfC\u00f3mo puede ser que los dibujos circulares simbolicen la totalidad de una persona? \u00bfHay alguna cualidad \u00fanica sobre los c\u00edrculos que los hace importantes en la psicolog\u00eda de los seres humanos? Sabemos que los c\u00edrculos han significado la idea de la totalidad entre muchos pueblos tradicionales. \u00bfPor qu\u00e9 las personas modernas se sienten obligadas a dibujar c\u00edrculos y crear mandalas? Una revisi\u00f3n de la investigaci\u00f3n en psicolog\u00eda y desarrollo infantil sugiere que los c\u00edrculos son parte de la estructuraci\u00f3n fundamental de la identidad personal.<\/p>\n

C\u00edrculos y uno mismo<\/span><\/h2>\n

La investigaci\u00f3n con ni\u00f1os ha demostrado que nacemos con un deseo de mirar c\u00edrculos. Los beb\u00e9s de menos de una semana prefieren mirar l\u00edneas curvas cuando se les da la opci\u00f3n entre curvas y rectas (Fantz y Miranda, 1975). Los beb\u00e9s de tres a cinco semanas fijan sus ojos en la l\u00ednea del pelo oval que enmarca un rostro (Haith, Bergman y Moore, 1977). Los beb\u00e9s de tres meses o incluso m\u00e1s j\u00f3venes optan por mirar formas simples y completas, como c\u00edrculos, en lugar de formas complicadas con partes y piezas desordenadas (Slater, 1997). Y se ha encontrado que los ni\u00f1os de dos meses de edad pueden distinguir entre c\u00edrculos con patrones que sugieren una cara y c\u00edrculos con patrones revueltos (Goren, Sarty y Wu, 1975). Se cree que estas habilidades para buscar est\u00edmulos circulares parecidos a la cara ayudan a los beb\u00e9s a relacionarse con sus cuidadores.<\/p>\n

La capacidad de reconocer c\u00edrculos est\u00e1 incorporada en nuestro aparato visual. Los investigadores han encontrado que nuestros ojos organizan la entrada visual en los patrones incluso antes de transmitir percepciones al cerebro (Horowitz, 1983). Seg\u00fan la psicolog\u00eda de la Gestalt, las formas simples y cerradas, como los c\u00edrculos, son m\u00e1s r\u00e1pidamente percibidas y reconocidas como significativas (Kohler, 1992). Debido a esto los c\u00edrculos salen de una masa confusa de entrada visual aleatoria y son reconocidos como algo conocido y familiar.<\/p>\n

Los c\u00edrculos son registrados por el ojo y pasados \u200b\u200bdirectamente a la corteza visual sin procesamiento intermedio (Horowitz, 1983). Debido a que los c\u00edrculos se ven iguales si el lado derecho hacia arriba o al rev\u00e9s, el cerebro no tiene que hacer un procesamiento intermedio para reconocer un c\u00edrculo como lo hace al identificar un cuadrado o alguna otra forma que ha sido rotada. Esta facilidad de identificaci\u00f3n da a los c\u00edrculos una ventaja sobre otras formas que compiten por nuestra plena atenci\u00f3n.<\/p>\n

La forma esf\u00e9rica del ojo mismo significa que nuestra informaci\u00f3n visual es tomada literalmente a trav\u00e9s de un c\u00edrculo. La forma del globo ocular determina que la disposici\u00f3n de varillas y conos, las c\u00e9lulas en el ojo que reciben y registran la luz, es circular. Lo que estamos viendo en un momento dado consiste en un \u00e1rea central enfocada (con la excepci\u00f3n del punto ciego donde las v\u00edas nerviosas abandonan el globo ocular) y un \u00e1rea perif\u00e9rica que se desvanece hasta los l\u00edmites de la visi\u00f3n. Debido a que el globo ocular es esf\u00e9rico, el \u00e1rea total de la vista, el campo visual, es circular.<\/p>\n

James Gibson (1986) sugiere que el campo de visi\u00f3n circular juega un papel importante en el desarrollo de un sentido del yo que empieza muy temprano en la infancia. Con lo que un beb\u00e9 puede ver en su campo visual, desarrollando la simple conciencia de s\u00ed mismo como lo que siempre est\u00e1 presente. La nariz del beb\u00e9 es un objeto constante e inmutable en su campo visual. Sus brazos, piernas y tronco cambian de aspecto a medida que se mueve. Sin embargo, con la experiencia, puede identificarlos, tambi\u00e9n, como cosas que siempre est\u00e1n ah\u00ed.<\/p>\n

Al coordinar lo que ve dentro del campo de visi\u00f3n circular con mensajes cinest\u00e9sicos de su cuerpo, forma un sentido de s\u00ed mismo como un ser f\u00edsico. Este rudimentario sentido del yo como objeto se perfecciona a trav\u00e9s de la experiencia y la maduraci\u00f3n. Sin embargo, parece que perdura en la edad adulta. El sentimiento que tenemos de que \u00abyo\u00bb resido en mi cabeza es probablemente el resultado de esta misma informaci\u00f3n visual, enmarcada en el campo de visi\u00f3n circular. Parecer\u00eda l\u00f3gico que este sentido b\u00e1sico del yo sea nuestra propia imagen de s\u00ed mismo, a la que nos referimos a menudo sin ser conscientes de que lo hacemos. Debido a que el campo de visi\u00f3n es circular, los c\u00edrculos se han asociado con esta experiencia visual b\u00e1sica de nuestro ser f\u00edsico.<\/p>\n

Mandala del ni\u00f1o<\/span><\/h2>\n

Los c\u00edrculos aparecen temprano en el arte de los ni\u00f1os. La expresi\u00f3n del arte de los ni\u00f1os comienza como garabatos al azar. Kellogg (1967) ha documentado el progreso de los ni\u00f1os desde garabatos hasta c\u00edrculos de dibujo desde los dos a\u00f1os de edad. A la edad de tres a\u00f1os los ni\u00f1os aprenden a dibujar c\u00edrculos sin hacer garabatos y comienzan a asignar significado a sus formas circulares.<\/p>\n

A la edad de tres o cuatro a\u00f1os, los dibujos de los ni\u00f1os evolucionan en formas m\u00e1s elaboradas. Sin ninguna ense\u00f1anza de los adultos, crean espont\u00e1neamente soles, flores, mandalas y gente radiante, con brazos y piernas brotando de grandes cabezas circulares.<\/p>\n

Los dibujos que los ni\u00f1os hacen parecen tener poca semejanza con el cuerpo humano, dada nuestra propia perspectiva adulta. Tienen sentido, sin embargo, como una representaci\u00f3n del sentido visualmente basado en el yo descrito por Gibson. T\u00f3mese un momento para probarlo usted mismo. Mire su cuerpo y considere c\u00f3mo dibujar\u00eda lo que ve\u00eda. \u00bfNo son los dibujos de los ni\u00f1os una imagen sorprendentemente precisa de este punto de vista? El c\u00edrculo no es una cabeza, sino un intento de dibujar lo que todo el cuerpo se ve como visto desde arriba, enmarcado por el l\u00edmite circular del campo de visi\u00f3n.<\/p>\n

 <\/p>\n

Cuando los adultos dibujan c\u00edrculos, revisamos estos descubrimientos de la infancia. A medida que crecemos y desarrollamos ideas cada vez m\u00e1s complejas acerca de qui\u00e9nes somos, la creaci\u00f3n de mandalas circulares es un camino de regreso a nuestro sentido primario de s\u00ed mismo. Mandalas proporcionan un puente entre las im\u00e1genes de uno mismo anteriores y nuestra experiencia actual de nuestro uno mismo. Los mandalas que creamos funcionan como una especie de base, un contenedor donde creamos y recreamos nuestro sentido de lo que somos.<\/p>\n

Dibujar mandalas nos ayuda a centrarnos psicol\u00f3gicamente. Un c\u00edrculo es una piedra de toque calmante en el proceso de crecimiento y cambio a lo largo de toda la vida. Crear o colorear un mandala nos ayuda a orientarnos, a integrar nueva informaci\u00f3n sobre nosotros mismos y a reformular nuestra identidad. Esta es una continuaci\u00f3n del proceso que comienza cuando somos ni\u00f1os dibujando c\u00edrculos y creando mandalas.<\/p>\n

El orden psicol\u00f3gico creado por el dibujo de un mandala circular se extiende hacia afuera para ayudarnos a orientarnos dentro de nuestra actual situaci\u00f3n de vida (Wertheimer, 1959).<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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